Por Marcial Fabricano, hermano indígena mojeño trinitario

Somos uno de los muchos pueblos que hemos aceptado y recibido de generación en generación el mandato de nuestros antiguos padres, el de cuidar y administrar la Tierra – El Territorio y todo lo que en el existe, pues es creación perfecta de Dios, quien en su infinita sabiduría y poder, creo el Cielo y la Tierra y al mismo tiempo a hombres y mujeres a su imagen y semejanza. Es por eso, que nos revestimos en nuestra Fé para defender lo que hemos heredado desde tiempos inmemoriales, es decir, desde cientos y miles de años, nuestro hábitat natural; que no se la usurpamos a nadie, invadiendo y avasallando, sino, es nuestra propia casa.

Esto no es cuento, ni simple teoría, es una realidad guardada desde nuestra más antigua memoria en los restos y obras de ingeniería de nuestros antiguos padres los cuales dan testimonio de ello.

Por esta razón, nosotros del pueblo mojeño del TIPNIS y otros Pueblos Hermanos, ¡EXIGIMOS AL ESTADO BOLIVIANO, RESPETO!

Porque es indiscutible que Dios en su infinito amor y sabiduría estableció autoridades en la tierra, instituyendo diversas formas de gobierno encargándoles la misión de gobernar en Justicia y respeto a los pueblos en base a normas y mandatos.

En ese orden creemos que el gobierno boliviano debe regirse en la Constitución Política del Estado Plurinacional, que es asumido como el Pacto Social refrendado en referéndum constitucional, el mismo que establece claramente la protección de nuestros Parques Nacionales, como es el caso del TIPNIS y otros.

Pero también nuestros antiguos padres nos han dejado valiosas enseñanzas a través de los tiempos, que el Creador nos ha escogido como su pueblo y nos ha encomendado la misión de cuidar y preservar su maravillosa obra.

Es por eso que nosotros los pueblos indígenas de la defensa y resistencia pacífica del TIPNIS, estamos cumpliendo ese mandato divino de cuidar su creación, esa Tierra – Territorio y selva de la cual mana el agua y el pan de los habitantes de Bolivia y del mundo, cada vez más acosado y codiciado por el hombre en su enfermedad mental y materialista. Estamos cumpliendo también el mandato sagrado del pueblo boliviano, en su pacto social, “La Constitución.” Es allí donde radica nuestra fuerza y nuestra fe en lo que Dios dijo:

No desmayen delante de ellos, porque Dios está en medio de ustedes, Dios grande y temible.
Reconozcan así mismo en sus corazones que como castiga el hombre a su hijo, así Dios el Padre reprende a los hijos a quienes ama.
Guarden pues los mandamientos de Dios, andando en sus caminos y temiéndole.
Porque Dios les hará entrar en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, higueras y granados; tierra de olivos de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni les faltara nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro y de cuyos montes sacaras cobre.
Y comerán y se saciarán, y bendecirán a Dios por la buena tierra que les habrá dado.
Y así fue que Dios y la sangre de nuestros antiguos padres nos dieron nuestro hábitat natural, el territorio, los bosques. Por tanto es cuestión de vida, y por eso afirmamos que nada nos apartará de nuestra Fé y Esperanza de vivir en paz y en libertad en nuestras comunidades y en nuestro hábitat delante de nuestro Creador.

Para nosotros conservar los bosques es el verdadero sentido profundo de vivir en la Tierra sin Mal, La Loma Santa. Esta es la enseñanza de generación en generación a través de los tiempos de nuestros antiguos padres. Porque ya fuimos bendecidos con la Tierra Prometida de Dios, ¡ya la habitamos y nada nos hará renunciar de su cuidado, su protección y su defensa!

Por eso decimos; “estamos en el tiempo preciso que siempre nos alertaron nuestros padres enseñándonos que: el pacto entre Dios y el hombre, sea el equilibrio entre la humanidad y la naturaleza, como señal de prevalencia de la vida y la justicia en oposición a la práctica de la mentira y la obra de la muerte.

Por tanto, como herederos de ese basto legado, asumimos con responsabilidad esa profunda relación espiritual de nuestros antiguos padres con nuestro creador, con la naturaleza, con el pueblo de Bolivia y el mundo, teniendo siempre presente lo que dijo nuestro Dios y Padre: “Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieran de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos y perdonare sus males y sanaré su tierra.”

De esta manera invocamos que se cumpla el mandato de Dios y del Pacto Social en la Constitución, traducida en leyes para ordenar y gobernar la vida de los habitantes de nuestra Nación.

De tal manera que insistimos en nuestro llamado a las autoridades del Gobierno Nacional a reconducirse y proponer soluciones racionales y constructivas a los problemas que aquejan a los Pueblos Indígenas y por ende al pueblo boliviano, en el que solo la justicia y la unidad prevalezca en las familias de los Pueblos Indígenas y los bolivianos y se respete el bosque sus habitantes que no solo son personas, sino también a los que no tienen voz, como los animales y plantas que hacen el conjunto de la creación de Dios.

Ese es el mandato dado por los bolivianos en la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional que no se aparte de ella, se la respete; y el pueblo, la historia y la memoria de nuestros antiguos pueblos le premien.

Queremos que el Presidente sepa escuchar las advertencias sabias de nuestros mayores: “No induzca ni conduzca al mal al pueblo.” No en vano nuestros antiguos padres nos dejaron estas sabias palabras: “Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y con sus decretos organizan la opresión, que despojan de sus derechos a los pobres de nuestro Pueblo, además de impedir que se les haga justicia”.

Por tanto, somos enfáticos en exigir que no se siga ocasionando dolor, indignación, división e incertidumbre en nuestro país, que no se violen los derechos y la dignidad de las familias Indígenas en las comunidades; no se vulneren las normas establecidas para respetar a la Madre Tierra. Estos principios y valores están siendo peligrosamente transgredidos en el TIPNIS; “La Loma Santa”, de otro modo, el Pacto Social de la Constitución está en serio peligro de romperse, en afectación directa e inmediata a los Pueblos Indígenas de tierras bajas y con impredecibles efectos destructivos para toda la población de Bolivia.

Por lo que nosotros exigimos al Presidente, quien se abanderó en palestras internacionales con la defensa de los derechos de la Madre Tierra, y a su Gobierno, que NO siga intentando y pretendiendo forzar su proyecto extractivista y destructor de vida; porque será causante de días terribles jamás vistos en Bolivia y total fracaso para el Estado Plurinacional y para la democracia, que tanta sangre, luto y dolor ha costado a las familias boliviana.

Queremos que el Presidente y su Gobierno tenga presente que los Pueblos Indígenas estaremos al frente hasta la última gota de nuestro sudor y energía, amparados para librar nuestra batalla por el mismo Dios y Señor dueño de la Creación, EL SEÑOR DE SEÑORES, EL REY DE REYES, EL QUE PONE REYES Y QUITA REINADOS, EL QUE PONE GOBERNANTES Y QUITA GOBIERNOS.

ESTA ES NUESTRA PALABRA Y LA VOZ DEL PUEBLO AFLIJIDO, CON LA QUE INVOCAMOS A TODO EL PUEBLO DE BOLIVIA Y EL MUNDO A SUMARSE A NUESTRA CAUSA DE DEFENDER EL PACTO SOCIAL Y GUARDAR EL PACTO DE DIOS CON EL HOMBRE EN LA TIERRA Y LA NATURALEZA.

¡DEFENDER EL TIPNIS, ES DEFENDER LA VIDA!…